Llevo mas de media vida, dedicándome a “esto del Judo”, tanto como competidora como entrenadora. Curiosamente de competidora me parecía hasta fácil, de entrenadora…es otro cantar.

Los que me conocéis me habéis oído mil veces decir que no todo se mide en resultados y seguramente a alguno de vosotros os sonara raro viniendo de alguien que ha sido y es, tan competidora como yo. Pero cuanto más pasa el tiempo más me reafirmo en eso, a lo largo de una vida deportiva hay tantos campeonatos, tantos combates…que, si hacemos un análisis general lo que un día parece lo peor del mundo, otro es un éxito, y a veces o casi siempre somos los mismos.

Recuerdo mis inicios como entrenadora en un campeonato de España que mi equipo consiguió cero resultados, hablando con la que había sido mi entrenadora, Miriam Blasco, me comentaba “el año pasado ganamos seis de seis medallas que disputaron mis deportistas y este año hemos perdido seis de seis”. Cada uno que haga la reflexión que considere.

Me gusta ganar, me gusta que mis alumnos ganen, me gusta que salgan los resultados…pero he aprendido que, para hacer análisis y balance de un campeonato, de una temporada tengo que pensar en mucho mas que en resultados. Os invito a que penséis en un campeonato cualquiera y penséis en vuestros deportistas, en vuestros resultados ¿todos tuvieron el resultado que se merecían? ¿sólo los que ganaron lo hicieron bien? ¿A cuantos les gusta el judo de verdad? ¿y entrenar?, ¿cuánta parte somos culpables los entrenadores de cuando se gana y cuando se pierde? Demasiadas preguntas quizás, y puede que yo no tenga la respuesta para alguna de ellas, lo que si se es que no vale “café con leche para todos”. Y que, tras un campeonato, o una temporada ni somos tan buenos ni somos tan malos. Yo siempre digo que a un deportista se puede evaluar el final de su carrera.

Se que la competición es especial, que hay que tener la gran mayoría de las piezas del puzle cubiertas (si es lo que quieres) para intentar rendir al máximo de cada uno, que si conseguimos dar nuestro máximo seguramente los buenos resultados puedan llegar. Que nosotros estamos aquí, vuestros entrenadores, para ayudaros, para compartir vuestro camino, para intentar que vuestras metas y vuestras expectativas estén cada día un poco más cerca. Que si vosotros queréis…pero tenéis que querer y eso hay que demostrarlo…nosotros queremos, pero al igual que un padre no puede querer mas que un hijo, un entrenador no puede querer más que un alumno. Porque eso a la larga no funciona, no es duradero en el tiempo. Lo realmente bueno es lo que sale de dentro, eso es lo que nos mueve, eso son los verdaderos motivos para hacer o dejar de hacer algo, para implicarme más o hacerlo menos. Si entrenamos por algo que nos venga de fuera, ya sea una recompensa o un castigo, eso a la larga no es duradero en el tiempo ya que en un momento u otro eso externo dejará de pasar y ¿entonces?