De todas las fotos, videos y demás cositas que nos llegan al WhatsApp en estos días, me quedo con el mensaje de esta foto.
Podemos ver las rejas y vivir en un mundo de rejas, o podemos ver el jardín. La situación para ambos presos es la misma. Que están encerrados es un hecho. Eso es indiscutible. De cómo lo vive cada uno…
Hay veces que te despiertas un día y todo es diferente.
No hace mucho hablando con mi hijo me comentaba que había visto la vieja película de Titanic (hasta ahora con 19 años nunca la había visto) y que le había hecho reflexionar mucho.
¡En tan sólo unos instantes todo puede ser tan diferente!
Como de sentirte el rey del mundo puedes pasar a desaparecer en el mar.
Creo que aún no somos conscientes, pero ahora todo es diferente, y más que lo va a ser. Ha tenido que venir un coronavirus a decirnos, ¡cuidado! ¡somos vulnerables! A recordarnos que cuando menos te lo esperas la magia desaparece, las calles se vacían, ningún camino nos lleva a Roma y besarse y abrazarse puede resultar un arma letal.
Hoy sí, hoy más que nunca toca mirar hacia dentro. ¿Sabremos hacerlo?
Vivir con nosotros mismos, conocernos un poquito mas. Que vértigo eh. Y recordarnos que el mañana puede ser incierto y que hoy es tan valioso…
La vida nos ha dado su propia “playlist” y ahora podemos decidir que hacer, bloquearnos, protestar, lamentarnos, paralizarnos o… ¡Bailar! Podemos dibujar rejas o el paisaje que hay detrás de ellas.
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